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LA ACUICULTURA EN POCAS PALABRAS

Es sostenible

El desarrollo sostenible, que la FAO define como "la gestión y conservación de los recursos naturales y el cambio en la orientación tecnológica e institucional que asegure el alcance y la continua satisfacción de las necesidades humanas para las generaciones actuales y futuras", es un objetivo social ampliamente aceptado para el desarrollo económico de los recursos naturales. En este sentido, el Grupo de Expertos sobre los Aspectos Científicos para la Protección del Medio Marino (Joint group of Experts on the Scientific Aspects of Marine Environmental Protection), dependiente de Naciones Unidas, propuso cinco estrategias para la sostenibilidad de la actividad acuícola:

Es responsable

Proteger el mar es una de las obsesiones de la acuicultura. De ahí que su constante esfuerzo en investigación haya dado con materias primas de origen terrestre que, combinadas con algunas procedentes del mar, son válidas para la cría de peces, reduciendo al máximo la presión ejercida sobre el medio marino.

Junto a ello, es de resaltar que los productos de acuicultura tienen el índice de conversión más bajo de los principales animales de cría.

Atiende necesidades

La acuicultura complementa el déficit alimentario de productos marinos causado por la reducción de las capturas de pesca desde los años 90, el aumento de la población mundial y su mayor apetencia por el consumo de proteína saludable procedente del pescado.

Convive con la pesca tradicional

La acuicultura nunca sustituirá a la pesca artesanal y tradicional. De las más de 25.000 especies de peces que hay en el mundo, solo se cultivan unas 250, por lo que podemos afirmar que ambas actividades son plenamente complementarias.

Es un nuevo nicho de empleo

La acuicultura necesita trabajadores formados y especializados en las principales labores y tareas propias de esta actividad: buzos profesionales, patrones de embarcaciones, operarios especializados en el mantenimiento de las instalaciones y de los peces. También son esenciales, aunque en menor número, técnicos en producción como biólogos, oceanógrafos y veterinarios.

Es garantía nutricional

El pescado de acuicultura tiene el mismo valor nutricional que el obtenido mediante los métodos de pesca tradicionales y, además, posee tres características de las que esta última carece:

Se encuentra los 365 días del año y con precio estable.
No requiere congelación previa al consumo (libre de anisakis).
Está sometida a estrictos controles sanitarios integrales y trazabilidad total (desde su nacimiento hasta el momento del consumo).

Es consumo

El consumo de productos acuáticos por persona en la Unión Europea es de 23,3 kg/año, muy superior a la media mundial de 18 kg/año. España ocupa el segundo lugar en este ranking, con 44,8 kg por habitante y año.

Teniendo en cuenta todas las especies de peces y moluscos cultivados, España es la principal productora de acuicultura en la UE, con casi 272.000 toneladas anuales.

Trazabilidad asegurada

Cuanto más completa sea la trazabilidad de un producto, mayor es su garantía de calidad y salud. La trazabilidad es el "camino" que recorre un pez desde que es extraído del mar hasta que llega al mercado (restaurantes, supermercados, pescaderías…). Conocer ese camino nos permite saber detalles esenciales y de gran importancia sobre ese alimento que vamos a consumir: el lugar donde se pescó ¿es limpio y saludable?, ¿el pez se alimentó de sustancias sanas?, ¿es fresco?, ¿cuántos días hace que salió del mar?, ¿se ha mantenido la cadena de frío adecuada? …